viernes, 4 de febrero de 2011

Fiesta dominical


Hace unos días tuve la oportunidad de visitar el municipio de Piedecuesta con la excusa de visitar una vieja…. amiga, amante ella de la música andina colombiana. Dos lecciones nos quedaron de tan importante visita.

Esperando transporte frente al centro comercial la florida, me ofreció un taxista, entrado en años, llevarme por $2000. Le comenté que iba para el sector de la argentina antigua por la entrada del coliseo, “si yo paso por ahí, ahí lo dejo en la argentina” por ese valor! En la dirección! y en taxi! Vámonos!

Oiga señor! voy para la otra argentina! Le dije que por la entrada antigua!, apuro el paso. En su primera respuesta supuse que la conocía, por su edad y porque me dijo que había conducido bus intermunicipal muchos años. Al llegar a una glorieta ya en la Argentina me dijo pausadamente; “Tranquilo cruce esa cancha ahí no más es”. Diez cuadras después y bajo un sol inclemente pensaba……. por no esperar el bus. Primera lección.

En esa travesía pude observar varios riahachuelos; agua limpia con entornos bien cuidados y sin basuras. Se percibe el respeto del vecindario por sus caudales. Tal vez eso tenga que ver con el entusiasmo de los habitantes de Piedecuesta por salir a practicar deportes como el futbol y el atletismo, pero se evidencia un gusto especial por el paseo dominical, claro, con todas esas posibilidades acuáticas que tiene este municipio quien no. Segunda lección.

Felicitaciones piedecuestanos por su alegría, por respetar y apreciar un bien que en últimas es de todos; el agua. ¡Que viva la vida y quienes la respetan!.

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