martes, 25 de enero de 2011
La Hoja de Parra MILITARES Y POLICÍAS VEMOS INTENCIONES NO SABEMOS
El escándalo por abusos sexuales al interior de la Fuerza Pública de Colombia no para. Recordemos varios casos: subteniente del Ejército Raúl Muñoz, que violó a dos niñas en Arauca y mató a una de ellas junto con sus dos hermanitos; eso sacó a flote otras 18 denuncias contra policías y militares. Esto sin contar otras denuncias por abuso sexual que comprometieron a 63 miembros de la Fuerza Pública; 39 de esas víctimas eran menores de 18 años. Según un informe de Medicina Legal, institución que atiende y registra los casos de este tipo, de los crímenes ocurridos,13 fueron supuestamente cometidos, por integrantes de la Policía y 5 por miembros del Ejército.
Tal vez, los más aberrantes, el de una niña menor de 4 años, presuntamente violentada por un agente de la Policía en Norte de Santander y la menor de 9 años que habría sufrido abuso de un policía en Bogotá. Aunque las cifras apuntan a que las víctimas son en su mayoría mujeres, Medicina Legal alerta porque hay varios jóvenes involucrados, como el de Nariño de 17 años, que habría sufrido abuso sexual de un policía. Sobre el tema, la Policía dice que la Dirección de Derechos Humanos no tiene quejas registradas y que solo investiga dos casos denunciados el año pasado en Bogotá y Riosucio (Chocó).
Así se narran noticias de este tipo: “se conoció que el 14 de octubre, día en el que fueron asesinados una de ellas y sus hermanitos, el subteniente Muñoz salió temprano y cuando regresó se quitó rápidamente el camuflado, lo envolvió, lo guardó y se bañó”. “El 2 de octubre, día en el que ocurrió otra de las violaciones, el militar también se había perdido desde por la mañana y cuando regresó se rapó la cabeza sin justificación alguna, declaró uno de los soldados”. “La niña de 13 años que lo identificó aseguró que Muñoz, la intimidó con su arma de dotación y le dijo que mataría a sus padres si no accedía a sus pretensiones”.
Claro!, se debe reconocer la importantísima labor que realizan estos agentes del orden y se debe tener muy en cuenta, entre otras cosas, la salud mental, indispensable para el buen ejercicio de su labor. ¿Con qué periodicidad todos y cada uno de los miembros de la Fuerza Pública Colombiana – policías y militares – se han sometido a uno de estos exámenes?, ¿Qué tanto seguimiento post tratamiento se hace? Por supuesto, eso incluye valoración a sus comandantes.
El estar expuesto todos los días a tensiones propias de esa labor, hace imprescindible este tipo de revisiones que deben ser periódicas, obligatorias y no solo de asistencia psiquiátrica, sino también de asistencia psicológica, porque no son solo abusos sexuales los actos denunciados, lo son de todo tipo. Es más, el asunto ya ha tocado familiares, recordemos el enfrentamiento esta semana entre dos hijos de militares, uno de ellos muerto a bala por el otro. Entonces habría que pensar que dichas valoraciones y tratamientos se extiendan a sus familiares.
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