jueves, 27 de enero de 2011
La Hoja de Parra Continua….. EL 49% DE LOS PARAMOS DEL MUNDO SE ENCUENTRAN EN COLOMBIA
De acuerdo con el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) presentado por la compañía que ejecutaría el proyecto, "la fase cero inicia en el banco ubicado en la cota 3.268,75 msnm y en la fase cuatro empieza desde el banco ubicado en la cota 3.525 msnm". Como podemos ver, ambas están por encima de las definidas como zona de páramo en Santurbán. Peor aún, el proyecto Angostura implica reubicar escombros, y el sitio de disposición se ubica a 3.630 msnm. Como si fuera poco, la Greystar prevé que para el año 2020 operará el silo Páez a 3.890 msnm, donde las piscinas de lixiviación estarán a 4.042msnm.
Los impactos sobre el agua no han sido debidamente soportados, por lo menos en el Estudio de Impacto Ambiental que presentó la empresa. El modelo hidrogeológico que usa ha sido ampliamente criticado por su poca precisión y sus grandes incertidumbres. La Greystar estima que unos 330,6 millones de toneladas de mineral y 744,8 millones de toneladas de estéril van a ser extraídos del suelo durante el proyecto. Para apreciar estas cifras, señalemos que una ciudad con más de siete millones de habitantes, como Bogotá, produce alrededor de 5 mil toneladas de basura al día, lo cual indica que Angostura producirá en 7,3 días la misma cantidad de residuos que cada año produce Bogotá como basura.
La minería genera impactos predecibles y de largo plazo: Modifica la topografía y el paisaje. Altera el carácter físico, físico-químico y químico en el suelo y subsuelo. Ocasiona infertilidad o permite el paso de contaminantes a través del agua, dada la remoción superficial del suelo y la de los materiales de cobertura. Genera taludes que modifican ostensiblemente las formas y las pendientes naturales de las laderas por donde discurren cauces menores. Cambia el comportamiento mecánico del suelo y evita la formación y acumulación de materia orgánica y el intercambio de gases con la atmósfera. Produce contaminantes gaseosos, líquidos y sólidos que de forma directa o indirecta recibirá el suelo.
Usa hidrocarburos en grandes cantidades (se estima que serán más de 63 millones de litros de ACPM al año). Altera la capacidad de regulación hídrica y produce pérdida irreversible de la función del soporte físico de ecosistemas. Disminuye caudales y altera el sistema de drenaje natural. Altera el nivel freático y de los ciclos hidrológicos. Desvía e interrumpe caudales por disposición de estériles. Afecta los hábitats naturales de la fauna y la flora. Afecta la dinámica de las cadenas tróficas. Usa tecnologías de las cuales en el país no existe mayor información sobre sus impactos y sus riesgos inmediatos y futuros.
Bien vale la pena revisar el tema de los riesgos probables, que dicho sea de paso no son lo mismo que los impactos. Ahora las comunidades directamente involucradas en el proyecto tienen la oportunidad de influir sobre la toma de decisiones que conduzca o no al otorgamiento de la licencia ambiental, falta ver que las constantes dadivas no los aleje de su realidad en el mediano y largo plazo.
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